SINOPSIS:
Sinópsis: En medio de una guerra futura entre la raza humana y las fuerzas de la inteligencia artificial (IA), Joshua (Washington), un endurecido ex agente de las fuerzas especiales, en duelo por la desaparición de su esposa (Chan), es reclutado para cazar y matar al Creador, el escurridizo arquitecto de la IA avanzada que ha desarrollado una misteriosa arma con el poder de acabar con la guerra... y con la propia humanidad. Joshua y su equipo de agentes de élite atraviesan las líneas enemigas y se adentran en el oscuro corazón del territorio ocupado por la IA... sólo para descubrir que el arma que debe destruir es una IA con forma de niño. #Resistencia
OPINIÓN: Desde el inicio te atrapa su historia y no te suelta en las poco más de 2 horas que dura. El universo, arte y mundo que crea su director (Gareth Edwards) es maravilloso y se antoja esta película como el inicio de una franquicia exitosa si mantienen el ritmo y calidad de esta primera entrega, propuesta muy interesante y con futuro. Para mí, una historia distópica, con ciencia ficción e IA. El toque humanista le viene bien para recordarnos lo perdidos que estamos como civilización y raza humana en nuestra época actual. También nos recuerda las atrocidades de las que son capaces los países imperialistas, su afán por ejercer dominio con crueldad de los más débiles y utilizan su fuerza y superioridad militar para imponerse, para imponer sus ideas cuestionables y sin ética, el querer ganar a toda costa y cueste lo que cueste, inventando enemigos y, con ello, justificarse. Curiosamente esta historia futurista revive en mí un conflicto del pasado, que en mi parecer tiene impresionantes similitudes con un conflicto que involucra a un país imperialista, que inventa guerras, y al débil, un país asiático en el que se cometen las peores atrocidades contra su población, mujeres, niños, ancianos, para variar se ensañan con los más vulnerables y débiles. Me recuerda un poco a Ávatar, Apocalipse Now, películas en las que también se refleja con crudeza los horrores de la guerra, la superioridad militar y en tecnología, esta última en apariencia. Finalmente el equilibrio tecnológico tiene sus esperanzas puestas en una máquina de última generación que ni los imperialistas la tienen, la cuál toma forma en una niña pequeña con capacidad de crecimiento y con ello, ganar fortaleza. Esta pequeña de aspecto vulnerable nos puede recordar a nuestra hija, sobrina, nieta, por lo que nos conecta inmediatamente y emocionalmente con ella, su aspecto dulce e inocente nos puede recordar la vulnerabilidad de una humanidad a cualquier edad, ella nos llega al corazón. La historia nos puede recordar lo importante en una civilización en cualquier época: nos falta pensar en el bien común y la falta de ello nos puede separar y destruir. El actor John David Washington lo hace muy bien, juega un doble papel el cuál tiene qué definir y elige bien. La pequeña actriz de nueve años Madeleine Yuna Voyles hace un personaje que enamora, le da drama y emoción a la historia, una emoción que se acerca a las lágrimas. La relación e historia familiar alrededor de los personajes principales es un novelón, digno de "La rosa de Guadalupe". Me encantó esta película, me parece que es la mejor en ciencia ficción que he visto en el año.
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